La contaminación atmosférica es un problema global que puede afectar de diversas maneras sobre la salud de las personas. ¿Sabías que el exceso de polución aumenta las probabilidades de que las personas padezcan enfermedades respiratorias agudas y crónicas?
Esta situación no afecta a todo el mundo por igual: los niños y las personas mayores son los grupos más vulnerables a este problema de contaminación global.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)1 estima que la contaminación afecta gravemente a 1,3 millones de personas cada año, cifras que de momento no parece que vayan a dejar de crecer.
Asimismo, según la OMS, estar expuestos a la contaminación atmosférica a corto plazo, puede provocar el agravamiento de enfermedades respiratorias, como, por ejemplo, el asma, aumentando las posibilidades de una crisis asmática1. Del mismo modo, la contaminación atmosférica, contribuye a aumentar el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas como la neumonía. A largo plazo, puede provocar un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares o enfermedades respiratorias crónicas como el cáncer de pulmón.
Según este mismo organismo, las personas que viven en áreas urbanas en las que el aire es más limpio, padecen menos enfermedades cardíacas, y tienen menos problemas respiratorios o cánceres de pulmón, que aquellas que viven en áreas urbanas con elevados niveles de contaminación atmosférica.
Ahora, sabiendo que la contaminación del aire es un problema para la salud global, ¿qué puedes hacer para reducir su impacto en tu salud? Desde Tú cuentas mucho te hemos contado los efectos de la contaminación atmosférica en la salud y ahora te ayudamos a adoptar algunas medidas para contribuir a cambiar esta situación.
Lo primero que podemos hacer para reducir los efectos de la polución sobre nuestra salud es tomar conciencia del problema. Por eso, es necesario saber cuáles son los riesgos y evitar estar expuestos a la contaminación atmosférica, siempre que podamos. Esto último no será posible en algunos casos, por eso, es necesaria también la actuación de gobiernos e instituciones a nivel global.
Así pues, en el plano institucional es necesario fomentar las energías renovables, la eficiencia energética y que se apliquen medidas para controlar las emisiones de contaminantes que empeoran la calidad del aire y afectan a nuestra salud.
En el plano personal, todos y cada uno de nosotros podemos aportar nuestro granito de arena a la solución de este problema. ¿Cómo puedes hacerlo? ¡Muy fácil! Regula la calefacción que utilizas en casa y camina, ve en bici o utiliza más a menudo el transporte público2. Con estos pequeños y simples gestos, ya estás reduciendo una buena parte de las emisiones. Además, contribuyes a reducir el tráfico, ¡todo son ventajas!, aunque es necesaria la intervención de todos para lograr un cambio notable.
Cuantas más personas entiendan la gravedad del exceso de contaminación atmosférica para nuestra salud, antes podremos comenzar a revertir la situación. Así que no olvides compartir nuestro artículo para que todo el mundo tome conciencia del problema y actúe en la medida de sus posibilidades. ¡Entre todos podemos aportar! ¿Te unes?