Al comienzo se distinguen dos formas de EM: la más frecuente, que cursa con episodios recurrentes o brotes (también conocidos como recidivas) y recidiva o remisiones, se conoce como EM Recurrente Remitente; y la EM Primariamente Progresiva, que se caracteriza por el deterioro neurológico progresivo desde el comienzo. Puedes encontrar más información sobre los distintos tipos de EM en el apartado ‘¿Sabías que existen diferentes tipos de EM?’
Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden variar ya que la localización y magnitud de cada brote o ataque puede ser diferente: estos episodios pueden durar días, semanas o meses y generalmente van seguidos de períodos de reducción o ausencia de los síntomas (remisiones). Es común además que la actividad de la enfermedad reaparezca (recaída), aunque también puede continuar empeorando sin períodos de remisión (progresión).
Además, la EM se manifiesta en cada persona de forma distinta. Esto se debe a que afecta a diferentes funciones del cerebro y por tanto en cada persona pueden aparecer distintos síntomas. Sin embargo, existen algunos síntomas que son más comunes, la mayoría de los cuales afectan al equilibrio, la visión, la memoria, el movimiento o la función sexual.