Como ya sabes, la leucemia mieloide crónica (LMC) es una patología de la sangre que se produce cuando se generan leucocitos y leucocitos inmaduros (BCR-ABL) en exceso por parte de la médula ósea, lo que provoca entre otros síntomas, fiebres, sudores y dolores en la persona diagnosticada.
Como en todas las patologías, lo más importante es seguir las indicaciones médicas, debido a que el especialista es el que mejor conoce tu caso. Además, también es prioritario realizar los controles pertinentes, para que tanto tú como tu médico podáis hacer un seguimiento minucioso sobre los niveles de células BCR-ABL (células leucémicas) en sangre y así gestionar la evolución de la LMC.
En este punto, se debe aclarar que hay varios niveles de respuesta de un tratamiento sobre la LMC, dependiendo de la fase en la que esta patología se encuentre:
- Respuesta molecular temprana: esto significa que la cantidad de genes BCR-ABL se ha reducido hasta el 10% o incluso menos. Esto ocurre en una media de 3 meses desde el comienzo del tratamiento.
- Respuesta citogenética completa: en este caso, los niveles de células leucémicas se han reducido a igual o menos del 1% en el total de la sangre de la persona. Esto ocurre durante los 3 primeros meses de tratamiento.
- Respuesta molecular mayor: cuando se da una respuesta molecular mayor es cuando los niveles de células BCR-ABL se encuentran por debajo o en una cantidad de 0,1%. Esta respuesta suele aparecer durante los 12 primeros meses del tratamiento.
- Respuesta molecular profunda: esta respuesta solo se da tras la respuesta molecular mayor, y no tiene una temporalidad exacta. Es cuando los niveles de células leucémicas se encuentran igual o por debajo del 0,0032%.
Para poder identificar estas respuestas y medir estos niveles de leucocitos y leucocitos inmaduros en sangre, las pruebas llevadas a cabo serán:
- Hemograma completo: un simple análisis sanguíneo donde se medirán los niveles de leucocitos, plaquetas y hematíes.
- Prueba citogenética: en este caso, la prueba permite analizar los cromosomas y, de esta forma, averiguar la existencia del cromosoma Filadelfia, que tiene un papel clave en la LMC y del que ya os hablamos en el post anterior .
- Prueba estandarizada de la PCR: esta prueba es la más específica, y mide el gen causante de la LMC.
Si durante el artículo te han surgido dudas sobre las células BCR-ABL o sobre la formación de leucocitos inmaduros en la médula ósea, te recomendamos que leas este post, donde quedarán aclaradas todas tus dudas.
Por último, queremos resaltar la importancia de realizar visitas periódicas a tu médico de confianza, solo él, como profesional sanitario, podrá ayudarte y detectar cualquier síntoma o malestar.