Esta patología es uno de los cuatro tipos principales de leucemia que existen1. La leucemia linfoblástica aguda (LLA) se desarrolla cuando se produce un aumento anormal de los linfoblastos, unas células sanguíneas inmaduras, que en una situación normal, evolucionan a linfocitos o células maduras y ayudan al organismo a combatir infecciones.
En el caso de la LLA, estos linfoblastos no llegan a evolucionar a linfocitos, por lo que no pueden llegar a cumplir nunca con su objetivo principal. Además, el aumento descontrolado de estas células ocasiona una bajada en los niveles de otras células sanguíneas como los glóbulos rojos, las plaquetas y glóbulos blancos normales.
Esto puede desembocar en anemia, problemas de sangrado e infecciones. La causa, por tanto, de esta patología se encuentra en un funcionamiento anormal de la producción de las células en la médula ósea como en otras patologías hematológicas como la policitemia vera, la mielofibrosis o la leucemia mieloide crónica (LMA). Sin embrago te preguntarás, ¿qué provoca esta disfunción de la médula ósea? Sigue leyendo, que te contamos más.
¿Qué hace que la médula ósea no produzca las células como debería en la LLA?
Pues a día de hoy aún no se conoce el origen del mal funcionamiento de la médula que provoca la LLA, pero se han identificado algunos factores que incrementan el riesgo de que esta enfermedad se desarrolle:
- Ciertos factores genéticos, algunas alteraciones en los cromosomas se cree que predisponen al desarrollo de la LLA.
- Exposición a rayos X antes del nacimiento, como la producida por radiografías o algunos tratamientos con radioterapia o quimioterapia.
- Afeccionas genéticas como, por ejemplo, síndrome de down, anemia de Fanconi o síndrome de Bloom, entre otras.
- Tener un hermano con leucemia también se ha encontrado como un factor que incrementa el riesgo en el desarrollo de la enfermedad.
- Algunas infecciones relacionadas con determinados virus, en concreto con los retrovirus.
La exposición a estos factores de riesgo puede desembocar en la mutación de determinados genes encargados de gestionar el proceso de generación de nuevas células y reemplazo de las maduras que se produce en la médula ósea, provocando la LLA. No obstante, aún no se han determinado causas más exactas que ayuden a prevenir su aparición.
Te invitamos a conocer más sobre cómo funciona la médula ósea y cómo se producen otras patologías de la sangre relacionadas en este post: ‘La médula ósea y su papel en las patologías hematológicas’