Recomendaciones de alimentación para personas con LMC

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Si eres paciente o cuidador de alguna persona con Leucemia Mieloide Crónica (LMC), te habrás preguntado: ¿Qué pautas de alimentación debe seguir un paciente de LMC? En este artículo te hacemos algunas recomendaciones, que en muchos casos son similares a las que debe seguir cualquier persona con una patología crónica, pero en otros, incluye consejos específicos para personas con alteraciones oncohematológicas.

Derivado de algunos síntomas de la patología - aunque no siempre son perceptibles por el paciente - y del propio tratamiento, es normal que te sientas cansado, preocupado y con poco apetito(1). Las recomendaciones de alimentación, siempre dependerán de en qué fase se encuentre la patología y será tu hematólogo el que te orientará de forma específica. Pese a esto, una buena alimentación y una rutina saludable es un aspecto clave a la hora de afrontar la enfermedad, así que te damos algunas pautas para que te sea más fácil.

Algunos consejos generales de alimentación a seguir, son los siguientes(2):

  • Realiza 5 comidas al día, asegurando que sean platos de valor nutricional. Si no tienes mucha hambre, empieza por cantidades pequeñas, pero no te saltes comidas.
     
  • Usa técnicas de cocina suaves, como la plancha, el vapor, el horno… Evita freír los alimentos.
     
  • Haz un consumo moderado de grasas, en especial las de origen animal.
     
  • Bebe mucho líquido y a poder ser, entre horas, no en el momento de las comidas, ya que hará que te sientas más hinchado.
     
  • Ten buenas prácticas de manipulación de alimentos, lavando correctamente los productos frescos y pelando la fruta. Asimismo, asegura que se conserven correctamente en el frigorífico.

A continuación, te ofrecemos unos consejos más específicos si te encuentras en alguna de las siguientes fases del tratamiento de la LMC(3). Como hemos comentado en otros artículos, el tratamiento principal en los casos de LMC detectada en fase crónica son los inhibidores de la tirosina quinasa. Estos presentan pocos efectos secundarios en relación a otras formas de tratamiento oncológico más agresivo, pero entre ellos se encuentra el cansancio, los dolores abdominales, los vómitos o la hipertensión(4).

Es por esto que deberás adaptar tu dieta según las indicaciones de tu médico y teniendo en cuenta los siguientes consejos:

  • (1)Sigue una dieta rica en nutrientes pero suave. Intenta usar métodos de cocción saludables.
     
  • Ingiere grasas saludables, como aceite de oliva.
     
  • Consume proteínas de pollo, pavo o pescado blanco. Evita las carnes rojas y alimentos ácidos, alcohol, café o comidas picantes.
     
  • Acostúmbrate a cocinar sin o con una baja cantidad de sal en las comidas, así favorecerás al control de la hipertensión.

En algunos casos, que con los avances en el tratamiento cada vez son más excepcionales, el paciente de LMC necesita un trasplante de médula ósea. Si este es tu caso, los siguientes consejos en relación a la alimentación te pueden ayudar(3).

  • Tras un trasplante de médula, se debe evitar que las infecciones en la mucosa intestinal - uno de los principales efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y conocidas como mucositis - pasen a la sangre, por lo que se recomiendan dietas con bajo contenido bacteriano. Esto consiste en ingerir todos los alimentos cocinados o de no estarlo, que sean correctamente bien lavados y pelados.
     
  • No debes consumir quesos, leche, huevos, alimentos ahumados, carnes poco cocinadas, pescado crudo o agua no embotellada, entre otros.
     
  • En este punto del tratamiento, tu equipo médico es el que mejor te dará unas pautas de alimentación adecuadas a tu estado físico.

Si sufres de mucositis, que es una problemática común, te irá bien seguir estos consejos(3):

  • Maximiza tu higiene dental y bucal, enjuagando tu boca con soluciones salinas cada 2-4 horas. Evita los colutorios con base de alcohol.
     
  • Evita alimentos ácidos, picantes o demasiado calientes.
     
  • Sigue una dieta blanca e incrementa el aporte de líquidos y alimentos fríos.
     
  • Mantén la boca fría con ayuda de cubitos, agua fría, helados o polos, que te pueden ayudar a prevenir el dolor y las úlceras bucales.


Como siempre, sigue las pautas indicadas por tus médicos, que te darán las pautas más adecuadas para tu caso. Si quieres conocer más sobre patologías oncológicas, sólo tienes que seguirnos en nuestras redes sociales Facebook Twitter.

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