Si estás pensando en ser mamá o ya estás embarazada y tienes espondilitis anquilosante (EA) deberías saber que no existen estudios que demuestren que tu enfermedad constituye un riesgo para la salud del feto. Así pues, que tengas espondilitis anquilosante no supone ningún problema para el desarrollo tu bebé.
No obstante, tendrás que tener especial cuidado con el tratamiento que estés siguiendo, ya que algunos fármacos sí pueden afectar al feto. Así pues, habla con tu médico y explícale tu situación, él se encargará de adaptar tu tratamiento para que puedas disfrutar de un embarazo saludable para ti y tu pequeño.
Finalmente, debes saber que en el momento del parto sí es posible que tu espondilitis anquilosante te condicione. Es habitual que si tu enfermedad ha afectado especialmente la cadera o existe una fuerte inflamación de la espina dorsal, el parto vaginal pueda suponer una dificultad añadida. En este caso, en algunas ocasiones puede ocurrir que tu médico te recomiende un parto por cesárea para evitar complicaciones, pero dependerá de las circunstancias de cada persona.
Por todo lo demás, podrás vivir un embarazo y una maternidad normal y saludable. Así que ¡disfrútala, futura mamá!