En artículos anteriores ya te explicábamos qué es el melanoma y cómo prevenirlo, sin embargo, ¿sabemos cuáles son las causas de su aparición?
El melanoma se origina por mutaciones en algunas células de la piel, llamadas melanocitos, que son los responsables de pigmentar nuestra piel y cabello. Una de las principales causas de que se produzca esta mutación en las células es la exposición a la luz ultravioleta, presente de forma natural en los rayos solares.
Una sobreexposición a los rayos UV puede causar daño en el ADN de las células de nuestra piel, provocando que presenten un comportamiento anormal y convirtiéndose en lo que comúnmente es conocido como melanoma. Por este motivo, se recomienda el uso de cremas de protección solar y un control de las horas de exposición al sol para evitar quemaduras y daños en la piel, evitando las horas centrales del día incluso en invierno.
Además de encontrarse en los rayos solares, los rayos UV están también presentes en fuentes de luz artificiales tales como las camas bronceadoras u otros aparatos eléctricos que nos exponen a estos rayos UV. Su utilización excesiva incrementa considerablemente las probabilidades de padecer melanoma. Por este motivo, se desaconseja el uso de este tipo de dispositivos.
Por otro lado, sin embargo, en ocasiones hay melanomas que se originan en partes del cuerpo que no acostumbran a sufrir exposición a la luz solar. En estos casos, este tipo de melanoma presenta diferentes características y cambios genéticos que los desarrollados en áreas expuestas a la luz del sol.
A pesar de poder distinguir algunas diferencias entre un tipo de melanoma y otro, todavía hoy se desconocen cuáles son las causas exactas de la aparición de este tipo de cáncer en zonas no expuestas al sol.
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