Como ya debes saber, el melanoma es un tipo de cáncer de piel que puede propagarse a otras partes del cuerpo si no se diagnostica a tiempo. En otros artículos ya te hemos explicado, entre otras cosas, los síntomas que manifiesta, la importancia de realizar autoexploraciones y cómo puedes prevenirlo.
Si has tenido melanoma o conoces a alguien que lo haya padecido este artículo te interesa. Vamos a explicarte qué precauciones debes tomar para minimizar el riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer, lo que conocemos como melanoma recurrente.
Superar cualquier tipo de cáncer y que este desaparezca por completo es una gran noticia, pero siempre hay que prestar atención para identificar cualquier signo de un nuevo desarrollo. De la misma manera, hay que vigilar los posibles efectos secundarios que pueden aparecer con ciertos tratamientos utilizados.
En primer lugar, debes saber que tu médico te pedirá realizar citas de seguimiento y es importante que acudas a todas. En ellas, realizará exámenes de piel y de los ganglios linfáticos periódicamente para asegurarse de que no hay signos de la vuelta del cáncer. La frecuencia de las visitas dependerá de la etapa en la que se te detectó el primer melanoma.
Si el melanoma se identificó en las etapas iniciales, las visitas suelen ser cada 6 meses o una vez al año. Si no se vuelve a desarrollar el cáncer, el tiempo entre visitas puede prolongarse.
Si, por el contrario, el melanoma se diagnosticó en una etapa más avanzada, la frecuencia de las visitas puede ser cada 3 meses durante los 2 primeros años tras superar el cáncer. Además, en estos casos es posible que los profesionales pidan pruebas por imágenes cómo radiografías de tórax, por ejemplo.
Con ello, se podrá diagnosticar cualquier nuevo melanoma lo antes posible para tratarlo en la etapa inicial y mejorar las probabilidades de que el trataquémiento sea eficaz.
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