El asma es una enfermedad crónica que afecta los pulmones y las vías respiratorias produciendo inflamación y estrechamiento en las paredes internas de las mismas, y por lo tanto dificultando el paso del aire necesario para respirar.
El grado de esta inflamación puede variar en función de los estímulos que recibas de tu entorno o bien si eres alérgico o encuentras irritantes determinadas sustancias. Algunos ejemplos de factores que pueden desencadenar o empeorar el asma son: alérgenos (polen, ácaros del polvo, pelos de animales, etc.), humo del tabaco, la contaminación ambiental, entre otros.
Existen diferentes tipos de asma según el factor desencadenante del ataque de asma, si deseas profundizar en este tema visita el apartado ‘¿Sabías que existen diferentes tipos de asma?’.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más comunes del asma son tos, sibilancias, presión en el pecho y/o falta de aire. Estos síntomas pueden empeorar durante el ejercicio, al estar resfriado o en momentos de mucho estrés. No obstante, no todas las personas que sufren de asma tienen los mismos síntomas y, tener estos síntomas, no significa que tengas asma. Para conocer cómo es el diagnóstico del asma consulta el post ‘¿Cómo se diagnostica el asma?’.
El tratamiento del asma puede ser para el alivio rápido y detener los síntomas o para el control a largo plazo y prevención de síntomas. Si deseas más información sobre las opciones de tratamiento por favor consulta a tu médico de confianza.