Si te han diagnosticado con urticaria crónica , o sospechas que puedas padecerla, seguramente ya sabrás el impacto que tiene esta afección cutánea en el día a día. Pues no solo influye la aparición de habones (o ronchas) y el picor, sino que también genera un impacto psicológico como puede ser el estrés o la afectación de la autoestima.
Para comprender bien la urticaria crónica, es importante saber que su aparición se debe a la liberación de histamina y otras sustancias por parte de los mastocitos (una célula del sistema inmunológico) de la piel. En la mayoría de personas con urticaria, se desconoce por qué sucede esta liberación de histamina. Solo en el 50% de los casos se ha identificado que tiene un origen autoinmune, lo cual sucede cuando el cuerpo reacciona contra alguna sustancia propia.
En algunos pacientes también se pueden identificar factores externos que se asocian a la urticaria. Este grupo de urticarias se conocen como inducibles y pueden desencadenarse por calor, frío, contacto con el agua, estímulos vibratorios o de presión, ejercicio físico, contacto con luz solar y contacto con otras sustancias entre otros.
A continuación, compartimos contigo algunos simples consejos para hacer frente a los episodios de urticaria:
- Lleva un registro de tu urticaria, identificando el número de habones que puedes tener durante un episodio, la intensidad del picor y su duración. Puedes utilizar herramientas validadas para recoger estos datos cómo el UAS7.
- Estate atento a posibles desencadenantes externos y procura evitarlos, en la medida de lo posible. Recuerda que estos no están presentes en todos los casos. Si los identificas, comparte esta información con tu médico, ¡seguro te resultará muy útil en tu próxima consulta!
- Consulta a tu médico cuáles son los medicamentos que pueden agudizar los síntomas de la urticaria y trata de evitarlos.
- Evita las situaciones de estrés, ya que pueden agravar los síntomas o provocar su aparición.
En la mayoría de episodios de urticaria crónica aparece y desaparece de manera fluctuante en cuestión de horas, por lo que no necesitarás acudir a tu médico. Aun así, en ocasiones surgen complicaciones (síntomas muy intensos y persistentes, desmayo, dificultad respiratoria, inflamación de la lengua o la cara) ante las que te aconsejamos que consultes con tu médico o que te dirijas al hospital.