En artículos anteriores hemos hablado sobre qué es el melanoma, sus síntomas y sus factores de riesgo. Aunque no se conoce con exactitud cuáles son las causas de la aparición del melanoma, sí que sabemos que el principal factor de riesgo ambiental es la exposición excesiva a los rayos dañinos del sol. Por eso, aprender a protegerse y hacerlo durante todo el año es fundamental para reducir el riesgo de melanoma.
Normalmente se asocia “exposición al sol” con “verano”, y se olvida que la piel también se expone a los rayos UV durante el resto de las estaciones del año. Si practicas deportes al aire libre como correr, hacer senderismo o ir en bicicleta debes tener especial cuidado a la hora de exponer tu piel al sol.
Ten cuenta que:
- Superficies como el agua, la arena y la nieve aumentan la intensidad de los rayos ultravioletas.
- La altitud también es un factor que conlleva un aumento en la exposición a los rayos UV, de modo que, si te encuentras en la montaña, debes tener especial cuidado y proteger tu piel.
- También hay que tener en cuenta que, aunque te encuentres a la sombra, en el aire libre, los rayos UV reflejados también afectan a la piel. Asimismo, en los días nublados las radiaciones ultravioletas atraviesan las nubes, de modo que continúa habiendo riesgo de exposición.
Ser conscientes de estos factores te permitirá tomar medidas para reducir el riesgo de sobreexposición a los rayos solares y prevenir la aparición del melanoma. Asimismo, también es importante que interiorices el hábito de revisar tu piel a menudo para poder detectar la enfermedad antes de que tenga la oportunidad de crecer y extenderse.
No olvides que debes tomar algunas acciones preventivas como evitar las horas de máxima insolación (entre las 10h y las 16h), cubrirte con ropa, llevar gafas de sol que bloqueen los rayos UV y aplicarte protección solar de 30 SPF como mínimo y regularmente. Y con todo esto, ¡estás preparado para protegerte del sol y prevenir el melanoma durante todo el año!